La rebelión de esclavos de Haití, junto con la de Túpac Amaru en Perú, manifestó la existencia de fuertes conflictos sociales bajo la aparente calma del orden colonial europeo en América. Como tal, es un antecedente de la independencia, y aporta importantes datos para comprender el tipo de fuerzas sociales que existían en la época. Haití era un microcosmos de lo que ocurría en otras sociedades fuertemente esclavistas, como Brasil, Cuba o Estados Unidos, e indirectamente ilustra sobre las condiciones en países con menor presencia de esclavos.