La cuestión de la excepcionalidad en el estudio de trayectorias ascendentes de universitarios del segundo cordón. La centralidad de Pierre Bourdieu

Descripción

En esta comunicación intentaré pensar con y a pesar de Pierre Bourdieu y J. -C. Passeron los productos de una etnografía que trata sobre las excepciones. Se trata de la trayectoria de personas de entre 40 y 50 años que transitaron el camino del ascenso pese a que su origen se sitúa en una zona de la Provincia de Buenos Aires: “el conurbano”, cuyo signo más persistente, desde mediados de la década del 60, es el declive (Di Virgilio, Guevara y Arqueros Mejica, 2015: 88); y podría decirse que le deben a la escuela, primero (no solo a la pública; la iglesia tiene en los barrios pobres del segundo cordón un gran poder territorial) y a la universidad pública, después, “todo lo tocante a lo esencial” (Bourdieu, 2013: 43). Se trata de profesionales universitarios que se desempeñan en la “actividad académica científica humanística” (Becker, 2011: 177) Pierre Bourdieu y J. -C. Passeron (1964) les pusieron a ese tipo de “migrantes de clase” (Pasquali:2015) el nombre de “pequeños milagros” (petit miracles). Son quienes llegaron a las instituciones que constituyen el centro del sistema de formación de las elites francesas, pese a no ser de los “buenos barrios” parisinos, pese a no ser hijos de profesionales, pese a no ser hijos de muchas generaciones de nativos. Son los que vencieron dispositivos de segregación que al menos la sociología de la educación francesa considera casi infalibles. Se trata de lo que hoy algunos sociólogos franceses llaman “la excelencia”: competencias culturales, valores, modales, habilidades e inquietudes que son patrimonio de una clase, de ciertas instituciones y de ciertos ámbitos geográficos (Cfr.Bertrand et al., 2016). Mientras hacía los últimos retoques a la redacción final de los resultados de mi investigación tuve que evaluar la conveniencia de que en el título apareciera el famoso término de Bourdieu y Passeron. Finalmente esa idea fue desestimada luego de discutirla con algunos entrevistados y otras personas que leyeron mi manuscrito. Lo que hacía ruido era la idea de “excepcionalidad”: o no apareció en las conversaciones o no “resonó” en ellos cuando se pusieron a mirar su vida desde la perspectiva que yo les ofrecía. La pregunta que intentaré responder, a partir de esta experiencia de investigación, es entonces cuán productiva es la noción de excepcionalidad para pensar experiencias de movilidad social desde el Gran Buenos Aires en los últimos treinta y cinco años.

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