La fotografía forma parte del trabajo etnográfico desde los comienzos de este último, ya sea para dar cuenta de que “se estuvo allí”, como para ilustrar alguna afirmación o situación relatada en el texto escrito. Pero hace ya casi medio siglo que se difunden líneas de reflexión que promueven el abandono de su uso acrítico, propiciando que ella deje de ser un mero complemento cuasi anecdótico del registro etnográfico para convertirse en co-protagonista del mismo, conjuntamente con los relatos hablados y la observación.
Este trabajo forma parte de una tesina en curso para obtener el título de Licenciatura en Sociología que pretende recuperar las experiencias vividas por las familias de personas detenidas, en torno al encarcelamiento de su ser querido. Se trata de una investigación cualitativa, cuya técnica de recolección de información es a través de entrevistas semi dirigidas y observaciones. En este marco, la propuesta que aquí se presenta consiste en describir una serie de dificultades metodológicas presentadas a la hora de realizar el trabajo de campo.
Las Ciencias Sociales en general, como la investigación cualitativa en particular, han estado atravesadas en los últimos tiempos por diversos cuestionamientos tanto de orden teórico como metodológico pero, más aún, por cuestionamientos de carácter epistemológico. En ese contexto, el desafío de pensar desde la práctica de la investigación cualitativa nos invita a recorrer un camino que desde el replanteo paradigmático nos conduce a un reposicionamiento epistemológico imprescindible.
Hacer etnografía, trabajo de campo y observación participante, demanda de por sí un contacto e interlocución permanente con los grupos, comunidades y sujetos con los que los antropólogos trabajamos. Son alianzas que se establecen a lo largo del tiempo, que implican establecer relaciones de confianza, respeto y aceptación mutuas. Y que una vez que se da el rapport, se retroalimentan y tienden a perdurar.
Desde mediados de 2016 venimos desarrollando un trabajo extensionista en San Marcos Sierras, resultado de dos proyectos contiguos financiados por la Secretaria de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba. Debido a la preocupante coyuntura de los territorios que las comunidades indígenas habitan, el proyecto fue concebido en diálogo con integrantes de dos comunidades comechingonas y luego se extendió otros habitantes del pueblo.
En tiempos de ampliación de derechos en educación, identidad y género e implementación de nuevas propuestas de educación sexual en las escuelas, este libro significa un importante aporte al debate.
En los últimos tiempos, los llamados “métodos etnográficos” han crecido tanto en sus usos como en su exposición bibliográfica. Sin embargo, en la Argentina y en América Latina dicha presencia se concreta más en el ámbito de las aplicaciones que en el de la reflexión y el análisis.
«Este libro presenta un estudio sobre el cuidado de niños gravemente enfermos tomando como ámbito la escuela hospitalaria. La autora describe cómo se produce y corporiza el cuidado de estos niños y cómo coexisten lógicas diferentes de regímenes de cuidado.
Esta presentación intenta ahondar en la propuesta de revisar los presupuestos ontológicos y epistemológicos de la investigación cualitativa. Lo que pretende es mostrar cómo esos presupuestos, lejos de constituir un entramado de abstracciones que se mueven por sobre o apartados del investigador, están vigentes y se corporizan en todo el proceso de investigación, desde la pregunta a la exposición de los resultados. Si esto es así ¿Cómo podrían esos presupuestos permanecer ajenos a la validez de la investigación cualitativa?
En el presente trabajo pretendo abordar interrogantes y reflexiones surgidas a partir del trabajo etnográfico realizado en una comunidad indígena huarpe ubicada en la provincia de San Luis, y en las oficinas de programas estatales de la misma provincia, encargados de administrar y gestionar políticas públicas para con los pueblos indígenas que habitan en San Luis.